En un giro inesperado y significativo, el presidente Joe Biden anunció que no se postulará para un segundo mandato, apoyando la candidatura de la vicepresidenta Kamala Harris como su sucesora. Esta decisión marca un momento crucial para el futuro del Partido Demócrata y la política de EE. UU.
El presidente Biden, tras más de cincuenta años de servicio público, confirmó su decisión de no buscar la reelección en una carta abierta, enfatizando que “lo mejor para mi partido y el país es que me retire”. Con su apoyo a Kamala Harris como candidata, Biden busca facilitar un cambio generacional en el liderazgo demócrata.
La Convención Nacional Demócrata, programada para el próximo mes en Chicago, se perfila como un evento clave, con Harris como la favorita, a pesar de las tensiones internas del partido sobre diversos temas. Aunque no se postule, Biden planea utilizar su influencia para ayudar a su partido en la campaña contra Donald Trump y abordar desafíos urgentes como la guerra en Gaza y la economía. Su legado de liderazgo se complementa con un esfuerzo por dejar a su sucesor un país estable y preparado.